8.8.11

Mil gracias por tu risa que alumbró mi oscuridad...

Te regalo cada sueño que logramos conquistar, crecimos de la mano, jugando sin jugar, hicimos una historia sin pensar en su final; a veces tuve miedo pero aprendí a volar. Hoy préstame tus alas que no quiero aterrizar. Mil gracias por tus brazos abiertos para mí de par en par, siempre igual. No caben los recuerdos en toda la ciudad, mil gracias por tu risa que alumbro la oscuridad y si volviera el tiempo te diría desde hoy que no cambiaría este viento a ninguna dirección

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